Después de mantener una reunión con el fiscal general Roberto Rubio en Trenque Lauquen, la familia de Verónica Mararraveia, la joven asesinada en la mañana del sábado 27 de junio, está confiada en la marcha de la investigación pero buscan más testigos, alguien que aporte algún dato más sobre la última hora de vida de la joven.
Alicia Steimbach es la tía de Verónica y fue entrevista por El Informador. Ella contó algunos detalles del encuentro con el fiscal, confirmó que organizan una marcha para el jueves 27 y remarcó la necesidad de que aparezcan más testigos: “Nosotros creemos que hay gente que vio algo, o sabe algo. El gran problema, que no creo que sea solo acá, es la falta de compromiso. Creo que alguien calla, y eso nos genera una angustia terrible porque no sabemos si el que calla en algún momento se decidirá a hablar o tal vez no lo haga nunca. Hay mucho, pero hace falta más. En este momento estamos cerca de señalar a un culpable, pero faltan pruebas, porque sin pruebas no se puede acusar a nadie ni llegar a un juicio, y la persona que es culpable quedaría libre. Son muchas cosas y nosotros luchamos todos los días, nos acostamos y nos levantamos pensando en esto. Y son todas complicaciones. A veces pienso cuánto de injusto tiene que si hay un acusado enseguida tiene un abogado, pero la familia de la víctima no. Si queremos un abogado lo tenemos que pagar”.
La vida de la familia cambió para siempre aquella mañana de junio. Alicia cuenta que duerme poco de noche, muestra un cuaderno donde empezó a guardar recortes periodísticos sobre el crimen de su sobrina y unos afiches que colocará en el barrio San Juan. También revela que de los dos trabajos que tenía dejó uno, y explica porqué: “Yo trabajaba hace 11 años en la misma rotisería donde trabajaba Verónica, ella se había sumado hace un tiempo, igual que mi hermana, allí nos veíamos todos los días. Y en la rotisería todos los días era como esperar que llegue, y nunca va a llegar”.
Todos en la familia atraviesan un dolor enorme, aunque cada uno lo manifiesta de formas distintas. Lo que es igual para todos es la fortaleza: “Uno sigue adelante, a todos nos destrozó esto, pero vamos a esperar y vamos a estar de pie el día que esa persona que es culpable sea juzgada. Porque nosotros necesitamos una respuesta, que nos diga qué pasó con Verónica, aunque nunca puede haber una razón para matar a nadie. Esperar ese día nos da fuerzas para seguir. Y aunque somos una familia muy chiquita siempre estuvimos muy unidos y ahora lo estamos más”.
La reunión con el fiscal
“Nos vinimos conformes –relató Alicia sobre el encuentro con Rubio- porque fuimos bien recibidos, bien atendidos. Nos dijeron que apuntan siempre al mismo camino después de que una pericia descartó a un posible sospechoso”.
La pericia que menciona es la de la ropa de los jóvenes detenidos en Thompson horas después del crimen. Uno de los chicos tenía manchas de sangre en el pantalón, pero se estableció que esa sangre no era de Verónica.
“La investigación tiene el rumbo del principio, insisten en que lo anterior está todo, hasta posibles amenazas y cosas anteriores a lo sucedido. Pero lo que ahora vale son los últimos momentos de Verónica. El regreso a casa de Verónica. Se supone que iba sola y nunca llegó, algo pasó. La atacaron y murió a dos pasos de la casa”.
La marcha del jueves
A dos meses del crimen, este jueves habrá una nueva marcha pidiendo justicia por Verónica. Alicia cuenta que hablan mucho en la familia de esto: “Nos preguntamos qué hacemos. Si hacemos una nueva marcha o no, porque uno se siente muy expuesto con todo esto, es como exponer nuestra vida para que otros la vean, en este momento estamos así”. El acompañamiento de la primera movilización fue muy importante: “Hubo mucha gente y aún así creo que tendría que haber mucha más. Porque creo que la justicia se hace entre todos, esto es para que no vuelva a pasar. La gente se tiene que dar cuenta de que no está bien callarse, no meterse. No está bien, creo que en la vida hay que involucrarse”.
La búsqueda de testigos
En la mañana del 27 de junio, Verónica regresaba sola a su casa entre las 7 y las 8 de la mañana, caminando: “Supuestamente alguien la encontró en la esquina de su casa. Creo que allí hubo una discusión. Si hubo una discusión, creo que hubo golpes, porque se dice que los moretones que Verónica tenía en la cara eran por arrastrarla. El otro día yo le decía al fiscal: no soy una experta, pero creo que por arrastrarla en un terreno con yuyos secos no quedarían moretones, quedarían rasguños o algo así. El moretón es por un golpe. Verónica tenía dos moretones grandes en la cara y uno chiquito en la ceja. Creo que hubo una discusión en la esquina y alguna agresión. Entonces, con más razón pienso que alguien tiene que haber escuchado algo, o alguien lo vio, o en el momento no se dio cuenta pero después sí. Lo que decimos es: si alguna persona, desde las 7 y media, hasta las 8 de la mañana, vio alguien pasar desde la casa de mi papá hacia el centro o en el sentido inverso, podría ir con una capucha, caminando o corriendo ligero. Si alguien vio una persona así, que se anime a hablar porque pequeños detalles, sumado a todo lo que ya se sabe, serían muy, pero muy importantes. Aunque no hayan visto el momento de la agresión”.
Verónica