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SEGUNDA FINAL DE LA LIGUILLA

Atlético Argentino es el campeón de la temporada

El tocinero se clasificó campeón oficial 2012. Tras empatar en dos con Unión, hizo valer la victoria en la ida. Lo comenzó ganando por Fraile, luego el pituco lo dio vuelta por Zárate y Gerónimo, la emoción creció al igual que la incertidumbre en el Sardón. Pero Aguilar, definió la historia a favor de los de Alsogaray y de esta manera luego de tres años, Atlético Argentino vuelve a ser campeón.

  • 3 Dic 2012
  • Muy Visto
AUDIO. Alexis Fraile, Gustavo Prienza, Hugo Aguilar y José M. Calvo.
Atlético Argentino es el campeón de la temporada
Veradia.com

(Por Quifu Ugarte) Es el campeón del 2012. Para esto se armó a principio de la temporada, para esto, para festejar. Era el candidato de todos, lo confirmó en el Apertura y el Clausura se le escapó por poco. La liguilla casi lo deja afuera de la final, pero con el último suspiro se metió en la definición con su eterno rival, ese Unión que le había ganado el clausura y le generó ese hambre de revancha, de venganza. La posibilidad la tuvo, y no la desaprovechó. En el estadio azul, había escrito parte de esta historia, ese dos a cero que lo dejaba con cierta comodidad de cara a la vuelta, pero sabiendo, que Unión iba a hacer todo para que el final fuera otro. La pirotecnia, estruendos, humo, anunciaba que los equipos estaban en cancha. Tal fue el impacto del recibimiento en los jugadores, que por unos segundos, miraban como explotaba cada una de las bombas en el cielo treslomense.
Spinella pitaba el inicio del último capítulo de este año. Unos primeros cuarenta y cinco minutos demasiado violento, con siete amonestados, con tarjetas rojas que no aparecieron, con penales no cobrados. Parecía una batalla más que un partido de fútbol. Confundieron el jugar fuerte con la deslealtad. Imprecisiones de ambos lados, nervios por demás, futbol…muy poco. Pero ese escaso fútbol que hubo, fue suficiente para las emociones más lindas de este deporte. Torres por izquierda se introdujo en el área, centro preciso para la entrada de Fraile, y la cabeza del diez, acomodó la pelota a contra pie de Fanessi, al palo derecho del uno pituco. No se había cumplido el primer cuarto de hora y Argentino sacaba tres goles de diferencia, una ventaja que parecía tranquilizar, pero Unión, ya le había mojado la oreja en el clausura con una histórica remontada hacía poco más de un mes. El fútbol seguía sin aparecer, pero el tocinero se replegó de tal forma que le cedió el terreno a Unión, que con pocas ideas insistía, pero no lastimaba. En el final de la ida, García le sacó el descuento a Cruz Zárate en un tiro libre y al delantero pituco se le presentaba la oportunidad de la revancha. Aquella vez, la pelota viajó por encima de la barrera, ésta vez, el desequilibrante delantero, cambió, y García dio el paso al medio y la vuelta fue en vano. La pelota ya estaba en el ángulo, los pitucos comenzaban a soñar con la remontada, faltaban diez minutos para irse al descanso, y se fueron rápidamente, entre poco fútbol, mucha pelota por el aire y demasiadas infracciones. El complemento fue distinto, la vehemencia quedó a un lado y de a poco la pelota giraba en el césped. Los de Borges, salieron a llevárselo por delante a su rival, que trataba de aguantar la embestida de ese arranque furioso. Once minutos aguantó la resistencia tocinera. Otra pelota parada, nuevamente Cruz para la ejecución de un centro con todo el veneno posible y esa aparición de Gerónimo, que desvió el balón para poner la historia dos a uno en el chico y quedar a una sola conquista de forzar los penales. Argentino no reaccionaba, los fantasmas del clausura volvían a sobre volar el Sardón, Unión era una tromba, se lo llevaba por delante, no le importaba de que manera iba pero lo acorraló al máximo. Torres tuvo una y el tropiezo con la pelota le prohibió poner el dos a dos. Esa vida que Argentino le daba a su eterno rival, producía en la hinchada y en los jugadores una adrenalina y una motivación dignas de una final de campeonato. Los de Alsogaray no tenían respuesta, no podían con el medio azul, solo podían rechazar los centros que caían en el área o suspirar cuando la pelota pasaba cerca del arco, mientras la visita se lamentaba por no llegar al gol de los penales. Era el mejor momento de los de Borges, cuando Argentino pudo tomar un poquito de aire, la temperatura era mucho más agradable que al comienzo del partido, entonces, por unos instantes hizo circular la pelota. Y el balón recayó en Aguilar, ese número cinco que acostumbra a jugar y a hacer jugar. Esta vez no, vio el espacio, se sacó a Semino de encima y se encontró con más espacio y mucho tiempo para pensar, analizar, decidir y ejecutar. El resultado de esta suma que fue a veinte minutos del final, fue muy clara y contundente. Remate de zurda de veinticinco metros sin que el balón se despegue del césped, con Fanessi como testigo vip observando esa pelota…esa pelota que infló la red, y en décimas de segundo, infló y desinfló los pulmones tocineros, ese grito de gol de desahogo, de tranquilidad, de locura, de campeonato. Ese grito de gol, pinchó el ánimo de Unión, que de todas maneras fue en busca de la proeza, pero nunca llegó esa conquista que le posibilitara estar más cerca de los penales. En el final, ya era fiesta tocinera e impotencia pituca. Esa impotencia que demostró Cruz Zárate viendo la tarjeta roja por una falta descalificadora a Calvo. Los minutos de descuento de Spinella, podrían haber sido la salvación pituca, pero la expulsión de su joya, y algunos desmanes posteriores, aseguraron el título para los locales, Atlético Argentino. Tres años fueron los que pasaron para volver a ser el mejor, en 2009 derrotando a Unión de Laguna Alsina, esta vez…esta vez la historia era otra, el rival era el de toda la vida, y el sabor, incomparable. El último partido del año en el último mes del mismo, cerca están las fiestas que unen a las familias, pero la familia tocinera ya comenzó a festejar, porque no solo tiene el título bajo el brazo, sino porque llega a los 75 años de historia, y de la mejor manera, con una vuelta olímpica para no olvidar, porque se armó para esto, y cumplió con las expectativas, fue el mejor del 2012, los números y el título así lo marcan, y el testigo ocular en cancha, para tristeza del rival y felicidad tocinera fue el eterno rival. Se dice que hay que llamar a las cosas por su nombre, entonces, en este 2012, el nombre es…Atlético Argentino Campeón.

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